martes, 7 de febrero de 2006

Chelsea fever


El paladín de los ganadores, el entrenador de moda de los últimos 4-5 años. Los títulos lo avalan, UEFA, Champions, copa y liga portuguesa, Premier y copa inglesa...vamos, un triunfador. Él, el traductor de Robson el año de Ronaldo -y que dijo después de un empate a 1 en Santander que el brasileño no defendía-, y que luego se quedó un tiempo con Van Gaal, se supone que para aprender tanto de fútbol como de carácter agrio. Y ahí está, arrasando en Inglaterra con un equipo más propio de juego de ordenador parcheado con dinero ilimitado y, ya que estamos, jugando feo y aburrido como un equipillo de mitad de tabla. Algunos dicen que sobrio y yo digo que peñazo. Para más inri, de Van Gaal debió aprender aquello de más vale jugador conocido y conocedor del sistema que cualquier otro. Si el primero trajo al Barça a Kluivert, Bogarde, Reiziger, Litmanen y los de Boer, Mourinho se llevó al Chelsea a Ricardo Carvalho, Paulo Ferreira, Tiago (en el Lyon), y ahora Maniche -se quedó con las ganas de Deco-. Por suerte, Abrahamovic tira de talonario como un padre culpable que siempre está de viaje. Y aún así, no me parece que tenga la mega plantilla de la que todo el mundo habla. Essien es Davids con 10 años menos, Makelele sigue igual -corriendo mucho y pasando raso y en corto porque la técnica no da para más-, la defensa bien, como no suben tampoco los pillan descolocados, Joe Cole fuera de las islas no es el mismo, Drogba es puro físico y Gudjohnsen va chocando por el medio campo. Un buen equipo donde destacan Lampard, centrocampista total que no tiene por qué preocuparse de defender, Robben, un extremo de los de antes, Crespo, que ya está de vuelta de todo, y Cech, que brilla poco porque la defensa no deja llegar muchas veces al rival. Si a este buen equipo le sumamos que juegan a la contra y que cuando tienen el balón no son muy lúcidos, pues eso, un buen equipo que gana, pero no uno que marque época y sea recordado como el Barcelona de Cruyff, el Milán de Sacchi, la Quinta del Buitre, el Manchester de Cantona y similares. Para pasar a la historia también hay que divertir, y el Chelsea aún lo ha hecho. Perdón por el rollo, pero así se distiende el ambiente, en la ciudad condal empieza ha haber Chelsiditis.

Actualización: se me olvidaba, Stamford Bridge es un patatal como hacía tiempo que no veía. Raro que un equipo aparentemente fino estilista tenga un huerto por campo de fútbol.
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