martes, 16 de mayo de 2006

Ahora mismo

En Teledeporte y Barça TV están dando la final de Wembley. Por supuesto, nadie ha sacado del cajón las de Sevilla o Atenas (¿quién no es supersticioso en el mundo del fútbol?).
Que yo recuerde, esta es la primera final europea del Barça que vivo en que si se pierde, además de la derrota, no pasará nada. Hasta ahora, las finales europeas eran un todo nada, el final de un ciclo, la posibilidad de que algo se desmoronara, la justificación de una mala temporada e incluso de una mala época. Las que se jugaron con Cruyff porque siempre andaba a la greña con Nuñez y cualquier traspiés podía ser motivo para que se liara una buena. A Wembley, sin ir más lejos, se llegaba con la liga casi perdida (quedaban tres partidos y nadie daba un duro por ella), con el ahogo de ser la tercera final, Sevilla en el recuerdo y el hecho de no tener ninguna Copa de Europa. A Berna, en el primer año Cruyff, se llegaba a todo o nada con el casillero de títulos en blanco. La final de Rotterdam ante el Manchester, con la liga ganada, debía ser el paso hacia el triplete que se quedó en un título. La final de la Recopa de Robson era la ocasión de reivindicarse ante el Madrid de Capello. Y Atenas...ya se sabe lo que pasó después. Y seguro que las finales anteriores al 89 fueron igual de dramáticas.

Así que, a diferencia de otras épocas, más que nervios y cagómetro, ahora mismo hay ganas de que empiece el partido.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo sigo diciendo que los cules estais cn el cagometro puesto. Si teneis mejor ekipo!! de q temeis?? Vale ya de vuestro victimismo histórico y por una vez reconoced q sois favoritos.